Durante años nos enseñaron a resolver problemas: cuántas recámaras necesita el cliente, qué tamaño debe tener la cocina o cómo distribuir los espacios. Pero diseñar no se trata solo de eso.

Yo creo que un proyecto debe comenzar desde las sensaciones. No se trata únicamente de cumplir con metros cuadrados o funciones, sino de entender qué quiere sentir y vivir el usuario dentro de su espacio.
A veces, el usuario no sabe exactamente lo que necesita, pero sí lo que imagina: cómo quiere vivir, qué desea mostrar o qué prefiere mantener en calma. Algunos buscan lujo y expresión, otros paz, desconexión y descanso.
Cuando empatizas, dejas de vender planos y comienzas a crear emociones.
Por eso, empatizar con el usuario es el primer paso del Design Thinking, la metodología que guía todo lo que hago en Trignum Arquitectura.
Si quieres saber mas te invito a leer el articulo que publique en Trignum arquitectura

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