Lo que aprendí apagando incendios, tachando listas y empezando de nuevo
Durante años pensé que ser productivo era hacer más. Más tareas, más entregas, más logros.
Mi día era una carrera contrarreloj. Dormía poco, comía frente al monitor y aún así sentía que no era suficiente.
Todo comenzó cuando aún era estudiante. En esa etapa no tenía problemas con el tiempo. Pero bastó con que comenzara a trabajar para que todo cambiara. El trabajo se mezcló con los estudios, y pronto me vi ahogado en responsabilidades, tareas y pendientes. Lo urgente me comía lo importante, y vivía en modo “apaga incendios”.
Mi primer intento de control fueron las listas. Las hacía todos los días, con buena intención… pero no me alcanzaba. Siempre se me pasaba algo. Me frustraba, me estresaba, y sentía que por más que hiciera, nunca era suficiente.

Hasta que apareció en mi camino algo llamado GTD (Getting Things Done). En ese momento, sentí que había encontrado la respuesta. Lo apliqué como pude, y sí, fue una mejora. Pero al poco tiempo, como suele pasar, me cargaron de más trabajo. Y ahí estaba yo, tachando 100 tareas al día, orgulloso… hasta que un día me di cuenta de que no estaba avanzando. Estaba ocupado, pero no estaba logrando nada importante.
Caí en lo que hoy entiendo como falsa productividad: creer que hacer muchas cosas es sinónimo de avanzar. Pero más no es mejor.
Después de probar muchos sistemas —desde GTD hasta el Bullet Journal, pasando por Canvas y todo tipo de apps— descubrí que la productividad no es una fórmula mágica. No se trata solo de herramientas. Lo que la mayoría de métodos no te dicen es que la energía importa.
Y mucho.
Somos personas, no máquinas. La energía y la motivación fluctúan, la disciplina se agota, y si no cuidamos eso, el sistema más perfecto se cae a pedazos.
Me quemé.
Me harté.
Y renuncié.

Desde entonces, he aprendido a construir un sistema más humano. Uno que me permita rendir, pero también vivir. Y hoy quiero compartir contigo los 10 principios que me ayudan a mantenerme productivo sin sacrificarme en el intento.

✦ 1. Menos es más
Simplifica al máximo. La verdadera productividad está en lograr más con menos esfuerzo. El compañero “flojo” de la escuela que siempre sacaba buenas calificaciones… probablemente entendía esto mejor que nadie.
✦ 2. Diviértete
La diversión no es pérdida de tiempo, es combustible. Cuando disfrutas lo que haces, tu energía se multiplica, incluso en tareas pesadas.
✦ 3. Diseña un sistema que funcione
para ti
Tu sistema debe adaptarse a ti, no tú a él. Si es complicado, lo abandonarás. La productividad debe sentirse ligera.
✦ 4. Alterna entre lo que da y lo que quita energía
Identifica qué actividades te drenan y cuáles te recargan. Después de algo que te desgasta (como atender clientes), agéndate una pausa, una caminata, una comida sin prisa.
✦ 5. El descanso es parte del trabajo
Trabajar sin parar no es una virtud, es una receta para el burnout. Aprende a tener ritmos: temporadas de alta intensidad y otras de recuperación.
✦ 6. No te satures
Deja espacio en tu agenda. El tiempo libre también es productividad: es reflexión, creatividad, pausa. Sin eso, todo lo demás se desordena.
✦ 7. Haz lo tuyo y suelta lo demás
Haz lo que está en tus manos, pero no te obsesiones con lo que no controlas. La energía se nos va donde ponemos la atención.
✦ 8. Evoluciona tu sistema
Lo que hoy funciona, mañana puede no hacerlo. Tu productividad necesita revisión constante. Mejora, ajusta, cambia.
✦ 9. Protege tu atención
Vivimos en un mundo diseñado para distraernos. Ser productivo hoy es un acto rebelde. Haz difícil distraerte y fácil concentrarte.
✦ 10. Sin rumbo, no hay viento favorable
Ten claros tus objetivos. Usa herramientas como el time blocking, los objetivos semanales o los pomodoros. Pero sobre todo: mantén actualizados tus mapas y brújulas.
¿Y mi sistema actual?

Después de tanto ensayo y error, hoy uso Notion por su facilidad de ajustar a la medida, como mi centro de mando.
Ahí gestiono mis proyectos, tareas, vida personal y finanzas.
Tengo un sistema de captura rápida desde mi teléfono, y combino herramientas como pomodoros, time blocking y revisiones semanales.
Pero sobre todo, tengo claridad.
Sé qué hacer.
Sé cuándo hacerlo.
Y sé cuándo parar.
Si algo de esto te hizo clic y quieres que comparta más a fondo cómo organizo mi sistema, déjame un comentario.
Y recuerda: no se trata de hacer más cosas, sino de hacer mejor las que realmente importan.

Deja un comentario